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Lecturas

viernes, 28 de octubre de 2011

La Cenicienta

¡Si ya nos lo sabemos de memoria!, diréis. Y, sin embargo, de esta historia tenéis una versión falsificada, rosada, tonta, cursi, azucarada, que alguien con la mollera un poco rancia consideró mejor para la infancia…

***

El lío se organiza en el momento en que las Hermanastras de este cuento se marchan a palacio y la pequeña se queda en la bodega a partir leña.
Allí, entre los ratones llora y grita, golpea la pared, se desgañita:
<< ¡Quiero salir de aquí! ¡Malditas brujas! ¡¡Os arrancaré el moño por granujas!!>>.
Y así hasta que por fin asoma el hada por el encierro en el que está su ahijada.
<< ¿Qué puedo hacer por ti, Ceny querida? ¿Por qué gritas así? ¿Tan mala vida te dan estas lechuzas?>>. << ¡Frita estoy porque ellas van al baile y yo no voy!>>. La chica patalea furibunda:
<< ¡Pues yo también iré a esa fiesta inmunda! ¡Quiero un traje de noche, un paje, un coche, zapatos de charol, sortija, broche, pendientes de coral, pantys de seda y aromas de París para que pueda enamorar al Príncipe enseguida con mi belleza fina y distinguida!>>.
Y dicho y hecho, al punto Cenicienta, en menos tiempo del que aquí se cuenta, se personó en palacio, en plena disco, dejando a sus rivales hechas cisco.

***

Con Ceny bailó el Príncipe rocks miles tomándola en sus brazos varoniles y ella se le abrazó con tal vigor que allí perdió su Alteza su valor, y mientras la miró no fue posible que le dijera cosa inteligible. Al dar las doce Ceny pensó: <>, y el Príncipe gritó: << ¡No me abandones!>>, mientras se le agarraba a los riñones, y ella tirando y él hecho un pelmazo hasta que el traje se hizo mil pedazos. La pobre se escapó medio en camisa, pero perdió un zapato con la prisa. El Príncipe, embobado, lo tomó y ante la Corte entera declaró: << ¡La dueña del pie que entre en el zapato será mi dulce esposa, o yo me mato!>>. Después, como era un poco despistado, dejó en una bandeja el botín amado. Una Hermanastra dijo: << ¡Ésta es la mía!>>, y, en vista de que nadie la veía, pescó el zapato, lo tiró al retrete y lo escamoteó en un periquete. En su lugar, disimuladamente, dejó su zapatilla maloliente.

***

En cuanto salió el sol, salió su Alteza por la ciudad con toda ligereza en busca de la dueña de la prenda. De casa en casa fue y, de tienda en tienda, hicieron cola muchas damiselas sin resultado. Aquella vil chinela, incómoda, pestífera y chotuna, no le sentaba bien a dama alguna. Así hasta que fue el turno de la casa de Cenicienta… << ¡Pasa, Alteza, pasa!>>, dijeron las perversas Hermanastras y, tras guiñar un ojo a la Madrastra, se puso la de más cara de cerdo su propia zapatilla en el pie izquierdo. El Príncipe dio un grito, horrorizado, pero ella gritó más: << ¡Ha entrado! ¡Ha entrado! ¡Seré tu dulce esposa!>>. << ¿Sí?>>, rugió su Alteza. << ¡Ordeno que le corten la cabeza!>>. Se la cortaron de un único tajo y el Príncipe se dijo: <>. De inmediato gritó la otra Hermanastra: << ¡Mi zapato! ¡Dejad que me lo pruebe!>>. << ¡Prueba esto!>>, Bramó su alteza real con muy mal gesto y, echando mano de su real espada, la descocorotó de una estocada; cayó la cabezota la moqueta dio un par de botes y se quedó quieta…

***

En la cocina cenicienta estaba quitándoles las vainas a unas habas cuando escuchó los botes – pam, pam, pam-del coco de su Hermana en el zaguán, así que se asomó desde la puerta y pregunto: <<¿tan pronto y ya despierta?>>. El príncipe dio un salto: << ¡otro melón!>> y a Ceny le dio un vuelco al corazón. << ¡Caray!>>, Pensó. << ¡Qué bárbara es su alteza! Con ese yo me juego la cabeza… ¡pero si está completamente loco!>>. Y cuando gritó el Príncipe: << ¡Es el poco! ¡Cortádselo ahora mismo!>>, En la cocina brilló la vara del hada madrina. << ¡Pídeme lo que quieras, Cenicienta, que tus deseos corren de mi cuenta!>>. << ¡Hada madrina>>, suplicó la ahijada, <>.

***

Y en menos tiempo del que aquí se cuenta se descubrió de pronto cenicienta a salvo de su Príncipe y casada con un señor que hacía mermelada. Y, como fueron ambos muy felices, nos dieron con el tarro en las narices.

Sacado del libro: CUENTOS EN VERSO PARA NIÑOS PERVERSOS
Del autor: Roald Dahl

¡Nos leemos!
¡Gracias por venir!

7 comentarios:

  1. Lo leí esta mañana, lo he vuelto a leer y sigo pensando lo mismo que la primera vez: ¡todos los cuentos de hadas tendrían que terminar así! xD ¿Qué tontería es ése de terminar con el príncipe? No, no, hay que seguir el ejemplo de Ceny (qué nombre más cool ¿no?): patada al príncipe ¡ale! :D

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  2. jajjajaajjaja me encanta tia!!! jajajjaja;) Aunque a mi siempre me han gustado los finales felices... jajaja soy muy de cuentos de hadas como ya sabrás te quiero!

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  3. jajajaj Me encanta, me encanta! :)
    Firmado, otra chica que odia a los príncipes azules (Y violetas, y naranjas con topos verdes):
    Sondra (Laura)

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  4. ajajajajaj como molaaa!! xDDD lo que me podio reir es super graciosoo y rima jajaja en fin... lo has echo tu? sta geniaal bss guapa

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  5. jajajaj esta fenomeno bea jajajaja me gusta esta version aunque la otra tampoco es que este mal xd

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  6. Guayyyyyyyyyyyyyyyyy esa versión mola más que la que nos puso la Disney.

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  7. oye tia tu blog es la caña..lo estoy churreteandoo.!!! y esas historias disney raras ajajaa de dodne las sacaS? las inventas tu???
    me encanta es tan cuqui y tan completo ^^

    Mimi

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