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jueves, 31 de mayo de 2012

¡¡¡AYUDA POR FAVOR!!!

¡¡¡HOLAAA!!! Me gustaría pediros un favor. Hace mucho que no hago estas entradas. Y hoy os traigo el prólogo de una historia que está empezando en un blog. Os pido que le deis una oportunidad tanto al autor como al blog como a la historia. Vosotros sabéis lo que es conseguir seguidores y que os lean, y que comentes porque de verdad les gusta, así que por favor, os pido ayuda. El prólogo es cortito y solo os ocupará unos minutos. Podéis seguirle por twitter: @David_Atienza_ o por el blog: Río de Letras http://david-atienza.blogspot.com/ Aquí os lo dejo y comentar con vuestra opinión, por favor, que no cuesta nada y es importante. Un besote a todos.


PRÓLOGO

Nírynet, una madrugada de primavera

-¡Majestad! Ya ha llegado.
-¿Y bien?- preguntó el rey nervioso.
- Como habíamos supuesto es una niña alteza- informó un hombre de mediana edad postrado ante el trono.
- Levántate Manick y acércate – dijo el soberano apenado pero con aplomo; el jefe del consejo obedeció.- Estoy muy contento, pero no puedo dejar que sufra tanto… no mi hija, no la princesa – continuó el rey con los ojos algo humedecidos.
- No piense en ello Leugim, entorpecerá las cosas- se envalentonó el consejero.
- Espero que no haya reparo en llevar a cabo lo establecido.- pronunció el rey clavando sus ojos verdes en Manick.
- No se preocupe majestad, seguiremos el plan trazado en cuanto acaben de prepararla
- ¿Y Priscilla?¿Se encuentra bien?¿Puedo ir a verla?- preguntó alarmado el rey por su esposa. El elfo miró hacia abajo, dar malas noticias sobre el reino ya le costaba, pero no se atrevía a darle esa respuesta, cogió aire y dijo:
- Alteza, la reina no lo ha logrado, no ha podido aguantar, lo siento – consiguió balbucear mientras de reojo observaba brotar las lágrimas y deslizarse por las mejillas del soberano.
- ¿Por qué?¿Por qué ocurre esto?- comenzó a gritar mientras daba una patada a todo lo que se ponía por delante. Se acercó a la ventana y comenzó a dar paseos frenéticos ante ella.
- Leugim…lo siento de veras, pero debe tranquilizarse…. por favor – instó Manick algo asustado por la reacción que pudiese tener el rey.
- ¿Cómo quieres que me calme? ¡Acabo de perder a mi esposa y me veo obligado a perder a mi hija para siempre! – El presidente del Consejo Real quería consolarle, pero entendía su nerviosismo.
Cuando iba a darle otras palabras de ánimo, las puertas de la sala del trono se abrieron de golpe y entró llorando la matrona.
- ¡Majestad!¡Se han llevado a la princesa!¡La han robado!- el llanto apenas dejaba audibles las palabras.
- ¿Qué?¿Qué ha sucedido?- preguntó fingiendo el monarca.
- Un hombre encapuchado apareció con mucho humo en los aposentos y la arrebató de nuestras manos, se dispuso a mirarla y a acariciarla la frente cuando otro hombre vino por ella. Él también iba encapuchado y se pusieron a combatir, gritamos a los guardias, pero estaban muertos – continuó sollozando la matrona.
- ¡No puede ser!¡No!¿Qué más ha pasado?- gritó el rey, algo había salido mal. La mujer aún llorando contestó:
- Al final el segundo se la llevó, aunque el primero maldijo a la princesa. – En cuanto escuchó esas palabras, el mundo se le cayó a los pies a Leugim. No podía ser…Priscilla le había echado la bronca en más de una ocasión por no prestar demasiada atención a lo demás por planificar debidamente el plan para salvaguardar a la pequeña de su destino y ahora que tenían que llevarlo a cabo se le habían adelantado. – La sirvienta aún lloraba cuando con una reverencia dio fin a su conversación, pero antes de salir se giró y dijo:

- La reina Priscilla dijo el nombre de la pequeña antes de dejarnos Majestad.
- - ¿Y cuál fue?- preguntó Manick a la mujer.
- ******* - respondió el rey recordando las palabras de la reina, con su mirada perdida en el cielo estrellado de la ventana.
La matrona asintió, hizo una reverencia y salió de la sala del trono dejándoles solos.
- Algo tarde, pero eficaz, típico de Senrick- aportó el consejero intentando romper la tensión del ambiente.
- ¿Estás seguro que es lo mejor Manick?¿Quién era ese hombre? ¡No puedo dejar de sentirme mal! – le confesó el soberano – Me siento culpable porque estoy abandonando a mi hija….y además le han maldecido. ¿Y si de verdad está maldita?
- Esperemos que la Princesa ******* se encuentre bien majestad, Senrick sabrá que hacer, está en buenas manos.
- Esperemos – dijo el Rey mientras lloraba mirando a través de los ventanales con un semblante triste e impotente.
Manick hizo una reverencia y se retiró dejando allí sólo a su Rey, tal y como debería gobernar hasta la mayoría de edad de la princesa, hasta que hubiese cumplido con su destino, recogido en el Códice del Oráculo.

N/A: Los asteriscos sustituyen cada una de las letras del nombre de la princesa. Está oculto a propósito para retaros. Si consigue muchos lectores, puede que lo revele. Además, muy posiblemente se trate del título o parte de él.

Espero que os haya gustado, si os gusta mucho puedo subir más capítulos e incluso si lo queréis un blog exclusivo de la novela :D
¡Nos leemos!
¡Gracias por venir!

1 comentario:

¡Todo el mundo tiene derecho a dar su opinión sin ser juzgado! ¡Devuelvo comentarios y de paso me alegráis el día! =)