Aquella mañana se había levantado
más despierta que de costumbre… Todos los días siempre hacia el récord de bostezos
por minuto, pero esa mañana… le tenía algo inquieta.
Se sentía extraña. El
café no le sabía de la misma forma, y sus ojos se tornaban diferentes. Veía las
cosas desde otra perspectiva y se asustó.
El corazón le gritaba lo
que no quería oír. No podía parar de
escuchar en su interior, esa canción que le rememoraba recuerdos. Esa que no
podía evitar impedir que sus lágrimas se desbordaran… pero esta vez no ocurrió.
Apretó los labios y cerró los ojos esperando aquel chaparrón que no llegó.
Al ver un retrato en la
repisa del armario del salón, un calambre sacudió su pequeño corazón, pero no
supo si fue real o fue la sensación que estaba acostumbrada a sentir. Se acercó
y miró la fotografía más de cerca. No lo reconocía…
......
¡Nos leemos!
¡Gracias por venir!
Cafeína soñolienta (?)
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