Es el único que te ofrece hechos antes que palabras y que sientes unas ganas inmensas de abrazarle fuerte y no dejarlo ir.
No solo tienes la fortuna de enamorarte de sus ojos, sino de su mirada, en la forma de cómo te transmite lo que su corazón bombea. Es alma, es humedad y calor. Es brisa fresca, es ganas de besarle... Es todo sin ser nada.
Te percatas de que solo miras el interior a través de sus manos, el nerviosismo con que te enternece las ganas. Es pura bondad, puro magnetismo. Y caes en la cuenta de que sin él, nada cobra sentido.
¡Nos leemos!
¡Gracias por venir!
Qué profundo, y qué bonito. Me ha encantado y además me he sentido identificada; qué bonito es sentirse así ^^ Un besote, guapi.
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