Pensamientos contradictorios...

¿Por qué apareces en mi mente cada madrugada?

Cada suspiro lleva tu nombre, cada latido va al compás del tuyo…

Mi corazón te siente en cada momento, te echa de menos, te extraña; y mi cabeza solo está tu imagen grabada cada vez que paso por tu calle, cada vez que huelo tu aroma. ¿Por qué es tan difícil arrancarte de mis entrañas? Cada noche te necesito a mi lado, cada día te quiero junto a mí. Me falta el aire cuando te pienso, me ahogo cuando estoy cerca de ti y te alejas sin ni siquiera moverte. Me siento como si me oprimiesen el corazón aun estando viva. Es un dolor constante, desgarrador… No sabes cuánto me haces falta para respirar, para moverme o para algo más sencillo que hablar.

Me pregunto qué haces esta noche, como tantas otras. ¿Piensas en mí? Seguro que no.

Tengo tantas preguntas que hacerte, tantas cosas que decirte… Tengo miedo, solo por esta vez. Reconozco que tengo miedo a perderte, más aun si cabe. Sufro por tu mirada, que no se posa en la mía. Sufro por tu boca, que no se une con la mía. Sufro por tus manos, que no recorren mi cuerpo. ¿Serias capaz de pensar en mí? No lo sé, pero sí sé, que tú afloras en mis pensamientos, que andas a hurtadillas por mi mente y que un día me robaste el corazón. ¿Tengo que pedirte que me lo devuelvas? Ya no merece la pena. Igual que no merece la pena odiarte. No quiero pensarte, pero cada noche me apareces como una nube de humo que se esparce lentamente. Puede que lo que tenga que hacer no es añorar tu presencia, sino disfrutar de ti en mis pensamientos, en mi corazón y en mis recuerdos.

¡Nos leemos!

¡Gracias por venir!