La oscura y lluviosa noche bañaba la ciudad. Sentada en la parada del autobús, observaba las gotas que resbalaban por los cristales. El ambiente era tan helador que me calaba los huesos.
Esa noche huía del ser al que más amaba, pero también al que más temía. No tenía donde ir, ni donde refugiarme; solo un frío banco y una larga noche por delante.
Continuará...
¡Nos leemos!
¡Gracias por venir!
esta bien pero como que ha sido un poco corto XD
ResponderEliminarquiero saber que pasa mas
Es muy sugerente, sigue escribiendo.
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