Vuelta de vacaciones

¡¡¡Hola bonit@s!!!

Sé que he estado una semana y pico algo desaparecida. Y es que como muchos sabéis, he estado de vacaciones. He vuelto después de dos semanas fuera de casa. ¡Ya era hora!

He de decir que me lo he pasado como una enana. Genial es quedarse corto.

Antes de contaros mis vacaciones, os cuento que hoy tocaría reseña, pero es que no tengo nada preparado; y como a la gente le encanta que me enrolle, pues voy a darles el gusto.

Vamos por partes.

Como podéis comprobar, he cambiado de cabecera. El diseño es gracias a Carol, del blog Inmarcesiblemente etérea. Tenéis que visitarla, tiene un blog precioso. 

Lo que os decía, que he ido cambiando cosillas. Pues bien, sigo con los cambios. Esta vez con la estructura de las reseñas. Aun no me atrevo con algo más, así que voy poco a poco. La próxima reseña estará diferente. Espero que os guste.

Pues sin más, me voy a contaros mis vacaciones. No he colgado un cartelito de cerrado porque querría haber seguido con el blog, pero no he podido con más. Eso sí, he leído muchísimo.

Siempre me pasan estas cosas... ¡Y me pasan por no leer y confiarme! 

Llego a Plaza de armas, la estación de autobuses de Sevilla, y nada más bajar del autobús, voy hacia el baño. Ilusa de mi y con mi vejiga a punto de explotar cual volcán, meto 20 céntimos que me pedían. Y los meto justo en la puerta en la que avisan con bolígrafo que esa puerta traga las monedas. Y me pongo a pensar: ¡Bien Bea, en las otras puertas no te avisan de que te tragan 20 céntimos! Así que decidí bajarme al andén, que había un baño y recordaba que era gratuito. Así fue. Después de hacer mis necesidades urinarias, me dispongo a desayunar a las 8 de la mañana, mientras esperaba a Carol a que viniese a recogerme. Cuando llegó, nos dimos un grandioso abrazo y nos pusimos rumbo a su pueblo. Por el camino estuvimos hablando de muchas cosas, entre ellas de libros y de blogs.

Llegamos y bueno, esa semana se resume, en orden: despertarse, desayunar, estudiar, comer, leer, dormir, despertar, cenar, ducha, leer y dormir... Así me dio tiempo a leerme el libro de Mary Higgins Clark y Doble zero. Hicimos algunas cosillas en el blog, el viernes salimos a cenar y el sábado a ver serie y leer. (La cena riquísima). Y así se me fue de rápido la semana. Por supuesto, cada día íbamos por la noche a hacer ejercicio.

La segunda semana, me cogí el bus hasta Sevilla centro. Llegó tarde el autobús y había quedado con un chico de blablacar para ir al otro pueblo de mi otra amiga, Inma (su blog es genial, visitadla: Empezando algo nuevo) Llegué a las 4 y nos pusimos a comer, luego nos marchamos a por un café al 100 montaditos y nos fuimos a por una estantería al Carrefour. Esa misma tarde-noche nos pusimos a montarla y la terminamos al día siguiente (tengo vídeo que lo corrobora). Sigue sin caerse, así que los pasos los hicimos bien yo creo. El miércoles nos fuimos a una feria que estaba en el pueblo de al lado. Había fiesta de la espuma y todo, pero aunque no quisimos mojarnos, sí disfrutamos de la música.

Al finalizar la semana, con todo el dolor de mi corazón, me tuve que despedir de Sevilla; pese al calor y los chorretones que mi frente era testigo. (Volveré pronto, lo sé).

El fin de semana era también muy esperado, pues estuve en un dúplex de lo más bonito. Y claro, había que usar todo. Pues antes de eso, nada más llegar a la zona de nuestro pisito en alquiler, se me rompió las ruedas de la maleta (Lo que no me pase a mi...) Así que tuve que llevar la maleta arrastrándolo por la acera. ¡Ains!

Nada más dejar las maletas en el dúplex, fuimos al mercadona a comprar... ¡¿Y qué nos encontramos?! Una señorita de compañía con su silla de camping, sus tacones y su vestidito demasiado corto. Tuvimos que hacer la rotonda entera cual coche porque no queríamos que nos ofreciese sus servicios. A la vuelta de la compra, ya cargadas de comida rica para el fin de semana, observamos que a la señorita se le había metido el tanga y salido competencia. ¡Adiós al monopolio! Eso sí, nos echamos unas cuantas risas. Sobre todo con la obsesión de mi amiga de comprar una caja de puré de patata de 16 raciones.... Para dos personas... Sí, he dicho bien. ¡16 RACIONES! que digo yo, ¿a dónde vas con eso? jajajaja.

Ya finalizando las vacaciones, al volver al cercanías, el aparato donde se sacaba los billetes, estaba fuera de servicio... Así que, ¿qué decidimos? Pues cómo no; ¡VIVIR AL LÍMITE! En atocha tuvimos que correr.... Imaginaos el percal. Corriendo por atocha intentando disimular y colarnos por los toldos donde se pasan los billetes... y claro, yo con la maleta, que parecía que alguien tiraba del otro extremo hacia atrás para que hiciese fuerza.

Como podéis comprobar, yo acabé reventaita y con ganas de llegar a casa, vaciar la maleta y tirarla al primer contenedor que se me cruzase por el camino. Y así fue. Llegué, deshice maleta y a la basura que se marchó. La echaré de menos, pues hice muchos viajes con ella; pero bueno, ahora a ahorrar para una maleta nueva y pensando en mi próximo viaje, que espero que no sea dentro de mucho.

Espero que os haya gustado mis aventuras y desventuras en estas dos semanas... No suelo contar mucho mis cosillas personales, pero es que este viaje era para contarlo. Al menos espero que os haya entretenido.

¿A vosotros os ha pasado algo de viaje? ¿Algo vergonzoso o algo digno de contar? ¡Quiero saber, así que contadme!

¡Nos leemos!

¡Gracias por venir!