Me sentía satisfactoriamente emocionado. Sabía que tenía pareja y hacerla mía me daba mucho más placer del necesario. ¿O no? Por las noches deseaba su boca contra la mía; suspirando. Su cuerpo rozándose con el mío; friccionando. Y que las caricias tuvieran kilómetros de distancia con sus ganas de parar esta locura. Si pensase esto fríamente, diría que es de locos. Pero no puedo. Ella tiene fuerza sobre mí. No sabemos si tenemos imanes en las manos o huimos de la realidad. Estando juntos nos sentimos a gusto. O eso creo…
Se situaba a mi lado, tumbada y dormida. Parecía inquieta. Me encantaba observarla descansar, viendo como su pecho se agitaba al vaivén del ritmo de su corazón. ¡Su corazón…! Como deseaba escuchar lo que decía o pensaba. La intentaba amar como bien sabía y me dejaba. Le acaricié la mejilla con miedo de despertarla. Le besé delicadamente en sus dulces y carnosos labios y la mente en blanco por un instante. Mi mano se posó en su pecho. Quieta, respiraba con ella. Bajé mi mano hasta su abdomen. Me perdí en el pendiente que tenía en el ombligo. Suspiré. Me volvía completamente loco, y más juguetear con su pendiente mientras despegaba su lunar a mordiscos. Esta vez besé aquella mancha rebelde y deslicé un poco más mi mano. Se posó en su entrepierna. Le acaricié con cuidado. Hacia arriba y abajo, masturbándola. Noté sus braguitas empapándose poco a poco. Perdía los papeles excitándola en sueños. Mi miembro ya estaba listo para que su boca lo recibiera con un abrazo húmedo. Al imaginármelo, manché mi ropa interior. Seguí acariciándola despacio, pese a que mi instinto me gritaba que le cogiera y le hiciera mía con violencia, brusquedad y agonía por demostrarle lo que ella me hacía sentir. Apreté su zona más sensible un poco más. Soltó un grito ahogado. Estaba jadeando con los ojos cerrados. Se había despertado y se había abierto para mí, para mi mano y lo que llegara. Acorté los pocos milímetros y acaricié mejor su cavidad. Le aparté su ropa interior completamente mojada y me adentré a juguetear un poco más con mi lengua.
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Hacía sol. Correteaba por un campo lleno de trigo, sonriendo. Miraba hacia atrás y ahí estaba él. Sonriéndome con aquella maravillosa sensación de que no existía nada más que nosotros. Me dio alcance y nos tiramos en aquel trigal que nos traspasaba las cabezas. Esta vez me sentía mucho mejor por dentro. Ya no era la niña consentida que se lamentaba por disfrutar con otro hombre que no era su pareja, el amor de su vida… Nos besamos, nos buscamos y reímos. No parecíamos los mismos. En un reflejo, creí ver a otra persona y me quedé pensativa. Tenía esa sensación de que no estamos seguros de que es un sueño o una realidad y no sabemos qué hacer. De pronto, él me acaricia con urgencia. Me acaricia el abdomen y va hasta mi entrepierna.
Un suspiro y una ola de calor. Vuelve hacer presión entre su dedo y mi intimidad. Otra descarga eléctrica. Me noté húmeda. Le miro y por un momento creo que es aquel chico que entregué ese cuerpo. Aquel cuerpo al que debería pertenecerle junto al que tiene mi corazón. Pero ya no estoy tan segura de eso.
Inconscientemente estaba abierta para él. De vez en cuando notaba que me despertaba y veía que era aquel ser, pero me dormí de nuevo; soñando que era él. Y ahí, me dejé llevar. Me apartó la ropa interior ya empapada y se adentró con su boca. No paraba de moverme, de gemir, jadear, suspirar, suplicar, sudar, agarrar las sábanas… o los trigos.
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No podía más. Le arranqué aquellas braguitas de encaje blanco y me bajé los pantalones. Era una sensación muy extraña y muy provocativa. Me puse encima de ella y sin parar de acariciarle su botón, me adentré en ella de forma decidida y delicada. Luego intensificaba el ritmo, y no podía frenar. Le levanté las caderas y le di una, y otra y otra vez. Verla tan dormida, tan jadeante, sudando, desnuda ante mi e inofensiva me excitaba aún más. Sentía que me venía y me daba igual dentro de ella. Sería más romántico, una sensación única e indescriptible. Y así fue. Sentí un amor más allá de la barrera, y mi miembro explotó de placer y de éxtasis.
me has dejado muy loca! pero me ha encantao jaja aunque al leer la primera parte he de decir que pensaba que todo iba por otro camino y al empezar a leer esta por otra! pero esta genial :)
ResponderEliminarel relato ha estado genial!!!
ResponderEliminarAsier Olea
Esta chachi, chachi, espero una tercera parte de este triángulo amoroso... *-*
ResponderEliminarun beso!
Mmmmm, me gusta esta sección pero este relato me resulta muy lioso. Eso de mezclar presente y pasado, no sé, no lo veo muy claro... Además eso de que la viole porque lo está haciendo mientras duerme, bufff... No me gusta este relato
ResponderEliminarAlezeia
:O :O Me he quedado en shock!! Madre mia!! Qué explosivo!! Jajaja utilizaría otras palabras... pero podemos dejarlo así no?? que se entiende igual xD Reconozco que me he quedado con intriga y ganas de saber más, espero que esto no se quede así. Y madre...aver si me atrevo yo a describir estas cosas con tanta minuciosidad, espero que la vergüenza no me traicione ;D xD Espero el siguiente!! Besotes!!
ResponderEliminardiooos! que pasadaaaa que locuraa! pero es increibleee diooss que adrenalina madre mia xDD me encantaaa de verdad jaajj yo pondria uan 3º parte jajaj en serioo bss guapa
ResponderEliminarSi él se imaginara jeje pobret ha molado mucho sensual sin llegar a ser pornográfico destacando eso sí el romanticismo por ambas partes.
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